sábado, 13 de noviembre de 2010

Cae una red que introducía cocaína por el puerto de Vigo

Una "macrooperación" acaba de desarticular una de las más activas organizaciones de tráfico de cocaína a gran escala entre Sudamérica y España, que utilizaba el puerto de Vigo como una de las principales vías de entrada de contenedores con droga. Un total de 23 gallegos, entre ellos el empresario de Mos David Temes encarcelado en septiembre en relación con este caso, figuran entre los 65 detenidos en un operativo en el que se intervinieron 3,6 kilos de estupefaciente, 5,5 millones de euros en efectivo envasado al vacío –casi un millón en la casa del industrial mosense–, 65 vehículos de alta gama y seis embarcaciones deportivas –cuatro de los yates fueron incautados en Galicia–. Una potente red colombiana –la que más contenedores con droga introducía en el país– encabezaba este complejo entramado: entre los principales arrestados figuran dos lugartenientes del capo colombiano Daniel Barrera, alias "el loco Barrera", uno de los narcos más importantes del mundo y líder de una alianza del crimen organizado con tentáculos en Argentina, México y Europa.
Fruto de una investigación de muchos meses, la operación, en la que también se descubrió un entramado de blanqueo de capitales, arrancaba al detectarse los movimientos de una red formada por colombianos y mexicanos que contaba con el apoyo de empresarios, algunos gallegos, que utilizaban su habitual actividad comercial de importaciones y exportaciones entre Argentina y España para dar cobertura al transporte en contenedores de la droga –es aquí donde supuestamente entraba en juego David Temes–. El grupo camuflaba la cocaína entre cargamentos de manzanas y en paquetes de un kilo de peso que se encontraban perfectamente envueltos para protegerlos del frío y la humedad y que estaban identificados con un logotipo del pato Donald.
Así, la colaboración internacional permitía el pasado junio la aprehensión en Argentina y Brasil de dos contenedores de fruta cargados con 3,4 toneladas de cocaína y que tenían como destino el puerto de Vigo, a donde ya no llegaron al frustrarse el envío. En esa primera fase de la operación fueron detenidas 15 personas y también se interceptaron otros 200 kilos de coca ocultos en un contenedor con chatarra que llegó al puerto de Barcelona, que junto con el de Vigo, entre otros, era utilizado para introducir la droga en España.
Los colombianos no solo tenían el apoyo de empresarios para dar cobertura a los envíos de droga. Una vez el estupefaciente estaba en España había otras organizaciones que cooperaban con la red. En el caso del puerto de Vigo, cuando la cocaína llegaba, "un importante grupo de narcos gallegos", según la Policía, se encargaba de este material, que era custodiado y entregado a los definitivos propietarios gracias a una empresa de distribución que utilizaban para trasladar los contenedores por España.
Y había más, porque de forma paralela a la investigación de tráfico de drogas también se actuó contra la vertiente patrimonial de la banda por presuntos delitos de blanqueo de capitales: una de las principales vías de este "lavado" de dinero pasaba por diferentes concesionarios de automóviles de alta gama y gran lujo donde se recibían "muy importantes sumas de dinero en efectivo" por coches que figurarían a nombre de empresarios que actuaban como testaferros a cambio de una contraprestación económica. Y como en otras vertientes de este entramado, aquí también entra en juego Galicia, ya que uno de los negocios de compraventa de coches implicados se encuentra ubicado en Ourense.
Los transportes de droga trasoceánicos eran organizados por distintas empresas en Argentina y España –una de ellas Frutol– dedicadas al envío anual de decenas de contenedores con manzanas que se traducían en miles de cajas en las que camuflaban la cocaína. Los envíos se concentraban en los primeros meses del año ya que esa era la temporada del transporte de la fruta. De hecho, entre los narcos había frecuentes viajes entre Argentina y España para supervisar el cargamento: uno de los empresarios gallegos implicados, según la Policía, permanecía en el país argentino gran parte del año para controlar desde sus inicios las operaciones.Podría ser un familiar del mosense David Temes, cuya hermana era concejala en la localidad pontevedresa en el momento del arresto y presentó su renuncia poco después.

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